TERAPIA DE LOS MOVIMIENTOS RÍTMICOS

Todo bebé nace dotado de un conjunto de reflejos primitivos que son movimientos automáticos, sin control voluntario, que le ayudan a adaptarse a un nuevo entorno, dominado por la fuerza de gravedad.
Estos reflejos deben ir desapareciendo para permitir que el sistema nervioso se desarrolle correctamente y el niño vaya adquiriendo el control voluntario de su cuerpo.
Si estos reflejos siguen activos son evidencia de una inmadurez que se plasmará posteriormente en trastornos de tipo psicomotor más o menos acusados: hiperactividad, alteración del tono muscular, trastornos de coordinación y equilibrio, alteración de la motricidad fina o gruesa, trastornos sensoperceptivos, alteraciones del esquema corporal... que pueden llegar a provocar dificultades de aprendizaje, problemas de atención, de memoria y de conducta.
¿Podemos ayudar a que se integren?
La TMR o Terapia de Movimientos Rítmicos desarrollada por el Dr. Blomberg consiste en ejercicios muy básicos que estimulan las conexiones nerviosas y ayudan a que los reflejos se integren.
Esta terapia mejora el control de los impulsos, la motivación y la conducta en general, al corregir la actividad de reflejos retenidos.